Blog dedicado a las idas de olla de tres pirados y sus frikadas

miércoles, abril 29, 2015

La llave del Norte

     

He aquí una vez más, luego de una pausa, ciertamente prolongada, desde la última entrada referida al mundo de canción de Hielo y Fuego. En esta ocasión tengo el placer de escribir sobre uno de mis personajes femeninos favoritos dentro de la saga, admito que me fue harto difícil excluir citas, palabras, opiniones sin excederme o irme por la tangente hacia la subjetividad. Espero, sin más, opiniones propias si así lo ameritan.


     En general, o quizás hable por mi caso particular, las series televisivas tienden a señalar a ciertos personajes como villanos, otros como héroes, otros como astutos y otros como tontos o carentes de profundidad. Ese fue mi error al ver Game of Thrones por primera vez (sin haber leído los libros claro está) y creo que no me equivoco cuando digo que muchos otros televidentes siguen cayendo en la misma trampa, y si para muestra hace falta un botón tenemos a Sansa Stark como ejemplo perfecto. 



     La primera vez que la ví, ahí, soñando como una colegiala con príncipes y caballeros, preocupándose sólo por tener un marido y verse como una dama perfecta me dije "Uy, la ñoña de la serie, la típica niña naif que no tiene dos dedos de frente", y en contraposición Arya, rebelde, badass, "fuck the marriage" es como "yeahhhh, I love this kid". Listo, si te quedas ahí perdés, parafraseando, si te quedás viendo los árboles no podrás ver el bosque. Desde luego, caí en ese error. Dicho esto, hay dos puntos a tomar en cuenta, primero, en la serie carecemos del punto de vista, de los pensamientos y sentimientos de Sansa (nos perdemos el 80% del personaje). Y segundo, no sólo hay que ver lo que se ve, sino lo que no se ve. Más adelante hablaré con mayor desarrollo de lo mencionado. Y si cabe, tal vez me equivoque o no  pero es mi percepción, está  la eterna comparación entre Sansa y Arya, lo de siempre "Es mejor Arya, porque ella lucha, ella quiere venganza, ella no teme ensuciarse las manos, ella es cool, es una badass". Es como la eterna premisa "Sos Stark o Lannister, no hay puntos intermedios". Siendo así, cuánto daño le ha hecho a Sansa compararla con su hermana. Como si una pudiera ser mejor que la otra. Y lo cierto es que cada una es valiosa a su manera, cada quien con sus propios errores y virtudes.


     Antes de continuar con el personaje quisiera darle mérito a Sophie Turner, ha sabido meterse en la piel del personaje, aún sin momentos épicos en la saga, pero con una sutileza que lo hace aún más valioso a mi gusto, no podría imaginar a nadie que hiciera mejor el papel. La verdad sea dicha.


     Ahora, haciendo mea culpa de lo mal que juzgué a este personaje al inicio hice un giro de 360 grados respecto a  mi opinión sobre ella luego de adentrarme en los libros. Así como en la serie, la historia de Sansa comienza en Invernalia, risueña, ingenua, soñadora (a ver, chicas ¿cuántas de ustedes le gritan improperios a Sansa cuando muchas sueñan al igual que ella con un príncipe azul? hipocresía no) que cae rendida de amor al ver por primera vez a Joffrey "Era como siempre había imaginado a su príncipe, alto, guapo, fuerte con cabellos como el oro", pretendiendo caerle bien a toda costa, temiendo que su hermana menor le estropee la oportunidad de ser digna a los ojos de su príncipe, y vuelvo a mis cuestionamientos, ¿Acaso nunca se pelearon con sus hermanos/as? ¿No quisieron matar a sus hermanos/as ante alguna travesura? Y bueno, la relación entre Sansa y Arya no dista mucho de eso. Ahora, vamos a ser justos, Sansa fue criada como una princesa, a la que todo parece que se le brindaba a pedir de boca, vamos, una niña mimada, petulante además, despectiva con sus hermanos en algunas ocasiones, refiriéndose a Jon como su hermano bastardo, prefiriendo que su hermana también fuera una bastarda, pensando incluso que por algún error de la vida su hermana hubiera sido cambiada por otra al nacer por la diferencia que había entre ellas. Si hay algo que le reprocharía a Sansa es no haber valorado lo que tenía, no haberse dado cuenta que lo valioso ya la rodeaba, pero como es ley, uno sólo sabe lo que tiene hasta que lo pierde.


     No lo voy a negar, me dio bastante coraje que se pusiera del lado de Joffrey en lugar del de su hermana ante el incidente del huargo y Mycah. Pero los errores mayores, las culpas mayores caen sobre los adultos que tomaron el destino del hijo del carnicero y de Dama en sus manos. Pero no es el único error que se le reprocha a Sansa, el mayor motivo de odio, rencor o antipatía es la “traición” a  Ned Stark que culmina con su decapitación. No hay lógica en culpar a un niña de 13 años, que fue manipulada de buenas a primeras por Cersei, ¿por qué habría de darse cuenta de esta jugarreta? ¿No fue acaso más ingenua Catelyn por confiar en Petyr? ¿Y qué hay de Ned Stark? Adultos que se prestaron a los juegos de Meñique, incluso de Lysa Arryn, y finalmente a la voluntad caprichosa de Joffrey. Mucho más adelante ella misma hará recuerdo de su error luego de la boda con Tyrion Lannister. En sus propias palabras
"Me habla con más dulzura que Joffrey - pensó -, pero la Reina también era amable antes. Es un Lannister, hermano de la Reina y tío de Joff. No es mi amigo. Antes amaba al príncipe Joffrey con todo su corazón; admiraba a su madre, la Reina, y confiaba en ella. Le habían pagado tanto amor y confianza con la cabeza de su padre. Sansa no volvería a cometer ese error" 


     He aquí el antes y el después de Sansa. Muerto su padre debía guardar el luto en silencio, debía mostrarse fuerte frente a los demás, debía complacer a Joffrey para no provocar su enojo, dicho de otra manera, debía sobrevivir en la boca del león. Y acá es cuando hago énfasis en lo que no se ve, que Sansa no pelee, no explote, no escape (incluso) no significa que le vale un comino nada, es una prisionera sin cadenas, un pajarito, como dice Sandor Clegane, a la que le enseñaron a cantar y obedecer. Y es precisamente esta virtud la que la mantiene con vida, más evidente ante Joffrey, que como sabemos, ante el mínimo desliz no perdía oportunidad de ordenar que la golpearan y maltrataran, como bien dice ella “Tenía que aprender a ocultar mejor sus sentimientos, para no hacer enfadar a Joffrey”. Las pequeñas mentiras, los gestos de obediencia, la cautela, mantener las apariencias la mantienen a salvo. Aún luego de la muerte de Robb y sus hermanos menores mantiene su temple, su fortaleza, su entereza, sin embargo pudo haberse llenado de odio como sucedió con Viserys (no lo culpo), pudo haberse llenado de rencores como sucedió con Arya (razones le sobran) pero no lo hizo. A fuerza de golpes (emocionales y físicos) Sansa ha tenido que pegar un salto abismal desde la inocencia infantil a la madurez como mujer, quizás aquí podría decir que todos tenemos un poco de Sansa Stark, como la vida misma, a fuerza de obstáculos, nos vemos en necesidad obligada de dejar atrás al niño que fuimos afrontando los mismos con madurez y adultez. Sansa, por supuesto, se ha sabido acomodar a cada circunstancia, a cada pérdida, de una forma entera, con la esperanza de encontrar una luz al final del camino, y no lo confundamos con blandeza del corazón o debilidad, sólo los más fuertes pueden atravesar el infierno y seguir de pie.


     Si hay una virtud que me conmueve en ella es la misericordia, la capacidad de albergar sentimientos nobles y de gratitud aún luego de lo sufrido, es así que previo a la batalla del Aguasnegras se acerca a rezar a los Siete, deteniéndose en la Madre, pide por la vida de Sandor Clegane "No es un auténtico caballero....pero fue quien me salvó. Sálvalo si podéis, y aplacad la rabia que lo corroe por dentro". Ya durante la batalla incluso envía a un Maestre para que atienda al malherido de Lancel, más allá de ser un Lannister, más allá de que debería matarlo como ella misma se reprocha. Y finalmente es ella quien calma a las mujeres y niños en el Torreón ante la partida de Cersei como protectora de los más débiles durante la batalla, creo que ni siquiera Sansa se percata entonces de la fortaleza que tiene para ser sólo una niña. 


     Un capítulo a parte son las idas y venidas en lo que respecta a su “vida amorosa”  el frustrado compromiso con Wyllas Tyrell (Loras en la serie), el posterior matrimonio con Tyrion, el compromiso anhelado de Lysa para con su hijo, y finalmente el compromiso con Harrold Hardyng (Ramsay Bolton en la serie). Para una niña como ella que siempre había soñado con la felicidad entre cuentos y caballeros debió ser muy duro caer en cuenta que sólo importa su nombre y la herencia que representa, la triste realidad de que probablemente jamás nadie se case con ella por amor. Ya en el Nido de Águilas recuerda el momento el que pensó que tenía el mundo por delante luego de conocer a Joffrey "Aquel día pensé que mi canción estaba empezando, pero en realidad estaba a punto de terminar". Más allá de ello es capaz de soñar con un futuro acompañada por hijos a los que en sus fantasías llevan los nombres de sus hermanos, incluso el de Arya. Luego de todo lo perdido, como no había considerado en un inicio, anhela, extraña y siente nostalgia de sus años felices, de Invernalia, de cada uno de sus hermanos y hasta de Jon Snow.


     Así es como vemos, a lo largo de la saga, la conversión de Sansa en Alayne, futura, inminente jugadora en el Game of Thrones, el asunto será ver que equilibrio alcanza ella entre la persona que fue, la que aún sigue siendo y la que está aprendiendo a ser, entre los entonces consejos de Cersei y los actuales de Petyr, espero, al menos de mi parte, ver a una Sansa fortalecida con el mismo espíritu y esencia de la Stark que es y audaz en sus próximos movimientos. 



     Sin más para añadir los dejo con un pasaje de Tormenta de espadas, en el momento que Sansa observa a las primas de Margaery con nostalgia de la persona que un día fue y nunca volverá a ser
"< Son unas niñas - pensó Sansa -. No son más que chiquillas...no han visto nunca una batalla, no han visto morir a un hombre, no saben nada > Los sueños de aquellas niñas estaban llenos de canciones y de cuentos, igual que lo habían estado los suyos antes de que Joffrey le cortara la cabeza a su padre. Sansa las compadecía. Sansa las envidiaba" 


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